martes, 12 de octubre de 2010

Levantarse o no

Cuando me despierto, siento la desesperación de que tengo algo pendiente por hacer. Aunque no tenga sueño, me quedo bajo las sabanas; esperando a que el sol se cole entre la rendija de la puerta. Simplemente no me quiero despertar ni ver a nadie.

Pero entonces pienso en lo mucho que puedo hacer hoy (que es muy diferente de lo que debo hacer), dibujo una sonrisa en mi rostro, me levanto ansioso y reviso los mensajes en mi teléfono. No encuentro ninguno.

Me pongo los zapatos y estiro mi cuerpo, mientras escucho una canción de la hermosa voz de Tracey Thorn. Tengo frío pero no se me antoja usar sueter (no combina con la ropa que tengo pensado ponerme). Miro el reloj y me doy cuenta que es tarde para ir al gimnasio, asi que me conformo con el estiramiento previo.

De repente me encuentro con tan buen ánimo, que ningún individuo podría cambiarlo. Durante el día soy tachado de mediocre, incompetente, etc., pero he decidido que soy yo quien decide que quiero ser. En ocasiones anteriores he cambiado mi comportamiento y mi personalidad con la finalidad de complacer a alguien (familia, pareja, amigos), lo cual me ha traído mucha depresión.

Solo espero terminar el día sin tener que discutir o encontrarme con problemas de cualquier índole.

Me duermo con la voz de Tracey Thorn.

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